De Lejos Cómo se aleja el tren, cómo se aleja,y decreciendo va y al fin se pierde,y sólo el humo en espirales dejaen la extensión de la llanura verde. Así se van las dichas de la vida,así se van las horas de ventura,y dejan sólo en su fugaz huidade los recuerdos la espiral oscura. Los dos que en el andén se despidieronlargo rato a los ojos se miraron;mientras sus manos trémulas se unieron,en silencio sus almas se besaron. En la hora fatal de la partidano hablaron de promesas ni de agravios;en los grandes instantes de la vida,hablan mejor los ojos que los labios. Ella está aún en la estación mirandodel humo las confusas espirales;y él, que ya no la ve, sigue agitandoel pañuelo a través de los cristales. y cual de un mismo pensamiento heridos,con un acento de profunda queja,quedo claman los dos entristecidos:“¡Cómo se aleja el tren... Cómo se aleja!”